Para plasmar en una fotografía un entorno tridimensional no hay nada mejor que la perspectiva. El punto de fuga es uno de los recursos más atractivos para conseguir que el cerebro entienda la profundidad de un espacio viendo una imagen plana. Los elementos repetitivos, como los pilares de ésta imagen, ayudan a potenciar este efecto. De la habilidad del fotógrafo depende encontrar el encuadre perfecto para que esto se produzca. Si , además, incluimos figuras reconocibles por su dimensión como lo es la figura humana, el que ve la imagen se puede hacer una idea muy cercana a la realidad del espacio. Hospital de Mollet del Vallés Arquitectos: Corea Moran Arquitectura Fotografía: Toni Bonet - Bonet Fotografía