El contraste existe en todo. Lo importante es saber identificarlo y ser capaz de utilizarlo para conseguir la imagen que quieres, la que tienes en tu cabeza. Es una herramienta de posibilidades infinitas. Enfriar o calentar la escena. Suavizar o endurecer los contornos. Editar para luces o editar para sombras. Son tantas las opciones...
Existen muchos tipos de contraste: el contraste por color, cuando en la imagen predomina un tono y hay algún elemento en un color opuesto; contraste por escala, cuando hay elementos pequeños y destaca uno por ser mayor; contraste por formas, muchas iguales y una distinta; y el contraste por luminosidad, el más fascinante de todos.
Existen dos técnicas extremas para exprimir el contraste por luminosidad: la fotografía en clave alta, donde las luces predominan, y la fotografía en clave baja, donde son las sombras las que reinan en la imagen. Las imágenes de alto contraste son las que tienen mayor fuerza y dramatismo. Si a éso le sumamos la realización en blanco y negro conseguimos de esta manera que el contraste llegue a niveles extremos, transmitiendo así toda la energía de la escena.
Pérgola fotovoltaica del Fórum - Barcelona
Autor: Toni Bonet - Bonet Fotografia